La solidaridad es uno de los valores humanos tradicionales, emparentando con la compasión y con la generosidad, y que tiene que ver con los ánimos de cooperar y brindar apoyo a una persona necesitada en su mayor momento de vulnerabilidad, sobretodo si ello implica hacer a un lado las necesidades, opiniones o prejuicios personales.
La ayuda prestada en un momento de solidaridad se considera desinteresada, vale decir, que no espera una retribución o una ganancia a cambio del servicio prestado. Se supone que constituye un grado de altruismo o desprendimiento, que pone las necesidades ajenas por encima de las propias momentáneamente. Por eso es común apreciarla en situaciones criticas o catastróficas, como las guerras, los desastres naturales o simplemente las épocas problemáticas en la vida de alguien.
Laura Rivas y Marta Lage
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